La luna de Valencia embellece, una noche más, una inauguración en AEDAL y descubre caminos a nuevos despertares, semejantes al amanecer en la mañana.
La presencia de Alfredo Martínez; nos comunica espíritu, el que hay en sus cuadros que con una pincelada exquisitamente cuida, nos expresa la suavidad de la imagen y nos llevan a ser protagonistas de las escenas que encandilan a cuantos la contemplan. Indescriptible, sin palabras, es la imagen poesía de unas escenas costumbristas, sencillas y vivas, como su autor, hombre pacífico y sensible que llena de luz el espacio Abierto de AEDAL, en la noche mágica valenciana, que rompe fronteras y crea con la mirada, con las caricias, con la sonrisa.
Haber conocido a este artista reservado, cortés y elegante, me dan una vez más testimonio de la grandeza del ser humano; de la pureza escondida del hombre y su alma, del pintor y su obra, pincel y lienzo unidos para llevarnos a mundos reales, mágicos e infantiles. Porque sólo cuando miramos como un niño, seremos al final capaces de captar la profundidad de nosotros mismos, de nuestro alrededor y de su vivencia personal. Con este pintor, nos encontramos con una Valencia, viva, inmortal, viajera, que nos pasea por sus calles dejándonos enamorar.
Gracias; Alfredo, por ayudarnos un poco más a descubrirnos a nosotros mismos y a valorar el mundo que nos rodea
Mª Auxiliadora Fonellosa
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.